¿Recuerdas cuando eras niño?, desde ese momento empezaste a sentir que algo no estaba bien en ti; veías cómo tus compañeros parecían ser más inteligentes y hábiles que tú.

Desde ese mismo momento empezó a crecer en ti una voz que te decía que no eres inteligente, que no tienes habilidades, que eres tonto, que no vales nada, etc. Y tu autoestima cayó en picada.

Esas creencias no tardaron en reforzarse cuando tu papá o alguien cercano te dijeron algo hiriente, cómo: eres estúpido, nunca haces nada bien, nunca vas a lograr nada, etc.

Todos los seres humanos tenemos algo en común y es que todos vivimos con creencias limitantes que consideramos como ciertas, pero que en realidad solo nos roban nuestro verdadero potencial.

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Las creencias limitantes pueden ser muy poderosas y ejercer un gran control sobre nosotros debido a que creemos que si algo llega a nuestra mente, esto debe de ser cierto.

Estudios han demostrado que hasta el 90% de las creencias que tenemos son falsas.

Y la respuesta la obtenemos cuando vemos que las creencias que asumimos como una verdad absoluta, no tienen el mismo efecto sobre las demás personas, eso deja sin efecto a esas creencias, pero no es suficiente para eliminarlas.

Ahora, yo sé que tú no buscas un enfoque en particular para limpiar tu mente, tú buscas soluciones eficientes y reales, ¿verdad?

Por eso, quiero mostrarte un enfoque espiritual, no religioso, que difiere de la psicología, pero que en definitiva es la verdadera solución; la aprendí de mis guías espirituales, Rabi Najman de Breslev, Rabino Shalom Arush y su discípulo Yonatan Galed, vamos allá.

¿Cómo identificar una creencia limitante?

Mujer quejandose en su trabajo

Creencias limitantes pueden haber muchísimas, unas más obvias que otras, pero todas limitantes al fin, entonces ¿cuál es el criterio para poderlas identificar con una certeza del 100%?

La verdad es muy sencillo, enseñan los sabios que todo pensamiento o creencia negativa es falso, es decir, que cualquier idea que busque limitarte y tenerte estancado de alguna manera, no es más que una mentira.

Y toda creencia positiva que te aliente, te dé esperanza y ánimo, que te impulse hacia adelante y a lograr tus sueños y a ser una mejor persona, es verdad, así de sencillo.

La razón es que en todo lo positivo se encuentra lo divino, la divinidad es algo positivo y todo lo que es negativo, es solo oscuridad y tinieblas que pertenecen al otro lado.

Cientos de años atrás, los grandes justos ya lo habían revelado y más aún la palabra de Dios. mucho antes que los libros de inteligencia emocional.

¿Por qué tengo creencias limitantes, de donde vienen?

Mujer con un lápiz señalando su mente

Enseñan los sabios que hay una fuerza espiritual creada por Dios llamada «mala inclinación o instinto del mal», su misión es hacer todo lo posible por destruirnos y llevarnos al peor de los fracasos en esta vida.

En el cristianismo se le llama el diablo o satanás y al parecer, es una fuerza que lucha contra Dios por el alma de Sus hijos.

Pero la verdad es que la mala inclinación sirve a Dios, Él nos la envió por amor; lo hizo para ayudarnos a crecer y a lograrlo todo en esta vida.

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Sí, todos esos malos pensamientos, Dios los puso en ti a través de la mala inclinación para que por medio de ellos te acerques a Él, y con Su ayuda puedas superarlos y lograr el éxito que anhelas.

Ejemplo: Imagina un partido de futbol sin ningún oponente al cual vencer, podrías hacer todos los goles que quisieras, pero eso no tendría ningún valor, es necesario que haya una oposición, alguien a quien vencer, algo que te haga contrapeso para que tu victoria tenga gloria y valor.

Así lo vemos constantemente en este mundo, y no es diferente en el mundo espiritual, cualquier cosa que logremos sin esfuerzo carecerá de valor y no podrá llevarte a la felicidad y la realización.

Entonces, cada vez que pienses que eres estúpido, que no eres inteligente, que no puedes lograr nada, etc, date cuenta de que eso está ahí más para ayudarte que para destruirte, pero es tu elección como lo abordarás.

¿Cómo eliminar mis creencias limitantes?

Hombre feliz con sus manos juntas en su pecho

Si de verdad quieres limpiar tu mente de cualquier creencia limitante que te esté frenando en la vida, pues muy sencillo, te diriges al mismo que te las envió.

Paso 1: Reconoce que las casualidades no existen

El primer paso es reconocer que las casualidades o la mala suerte no existe, sino que todo ha sido orquestado por Dios que te ama.

Dios tuvo una razón poderosa para permitir que la mala inclinación te atormentará con pensamientos y creencias desalentadores acerca de ti mismo, incluso permitió que te humillaran y ofendieran algunas personas.

Aquí es donde debes confiar en Él y saber que solo Él sabe lo que es mejor para ti.

Paso 2: Reconoce que son para tu bien

Confiar en Dios, bombillo encendido con un foco en forma de cerebro

Aunque no lo creas, Dios puso esas creencias limitantes en ti porque te ama y quiere que crezcas y logres todas las bendiciones reservadas para ti.

Dios no es humano como para afligirnos por simple capricho, todo lo que Él hace tiene un propósito superior.

Necesitas de esa oposición para poder crecer, esa creencia limitante no está ahí para destruirte, sino para que la superes y ayudarte a crecer.

Sin ella, no podrías lograr nada valioso porque todo lo que logres sin esfuerzo carecerá de valor. Te lo aseguro, Dios te dio el kit de herramientas necesarias para elevarte, vencer y lograr cosas que creías imposibles.

Paso 3: No luches contra ellas

Hombre acostado en terapia psicológica

Enseña Rabi Najman que no debemos entrar en negociaciones con la maldad, es decir, no discutas con ellas, ni trates de expulsarlas a la fuerza, porque acabarán fortaleciéndose aún más.

Las creencias limitantes dependen de que tú las alimentes, y al discutir con ellas solo las alimentas.

Al tratar de sacar esos pensamientos a la fuerza, solo los estás alimentando y fortaleciendo aún más, es una batalla perdida.

El Baal Shem Tov dijo que la oscuridad no se disipa con palos ni piedras, sino únicamente con luz. ¿Y cuál es esa luz? Esa luz, es la luz del Creador.

Paso 4: Un nuevo enfoque

Mujer alegre pensando en algo

Lo mejor que puedes hacer para debilitar tus creencias limitantes es repetir palabras de fe que sean justo lo contrario a la descalificación que recibes.

Basta solamente un poco de luz para disipar mucha oscuridad.

Como dijimos: «Las creencias limitantes dependen de que tú las alimentes», y al creer en ellas las estás alimentando, pero en el momento en que dejas de alimentarlas lo que sucede es que mueren.

Repite palabras de fe en el Creador concentrándote en ellas tanto como puedas y entonces verás que la misma luz disipa la oscuridad, ya no tienes necesidad de luchar en una batalla perdida de antemano.

De esta manera tu triunfo será genuino y tu curación será real.

Conclusión

La verdad es que venimos a este mundo a luchar con nuestras mentes y en muchos casos hay personas que pierden la batalla y la mala inclinación los lleva a lo más bajo que se puede llegar.

Pero ese no tiene que ser tu caso, no importa la edad que tengas, mientras estés respirando tienes una batalla que ganar y la vas a ganar si sigues estos pasos.

Date cuenta que estás en una batalla espiritual y tu mente es el campo de batalla, Dios te ha dado el oponente correcto para ti y las herramientas para vencer.

Esta no es una batalla que puedas ganar solo, necesitas acercarte a tu Creador uno y único, conocer cuanto te ama y cuanto quiere bendecirte.

Verás cómo todas esas creencias limitantes se empiezan a debilitar y lograrás la claridad mental que anhelas y el mundo te parecerá un lugar hermoso porque estarás conectado con tu Creador.

Habrás logrado el propósito de Dios al enviarte esas aflicciones, te acercaste a Él, lograste la fe auténtica, superaste las creencias limitantes y ahora disfrutas de la vida de tus sueños.

Toda esta sabiduría la extraje del libro: En el jardín de la fe, el cual te recomiendo encarecidamente que adquieras, este es un link de afiliado, no pagarás más y yo ganaré una pequeña comisión si decides comprar. Te preguntarás cómo pudiste vivir sin este libro.

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